miércoles, 19 de enero de 2022

Las políticas del primer año de Biden hacia América Latina

 


Expertos de WOLA revisan los éxitos y las deficiencias de la administración

Washington, DC -- Al asumir el cargo, el presidente Biden prometió volver a comprometerse con el mundo y trabajar para defender la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho a través de la cooperación y alianzas. Las expectativas eran altas para una nueva era en las relaciones de Estados Unidos con América Latina. En el primer aniversario de la toma de posesión de Biden el 20 de enero, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) publica una revisión general de los éxitos y las deficiencias de las políticas de la administración en toda la región.

“Con Biden hemos visto un cambio bienvenido en la retórica y el estilo de su política exterior, con un énfasis en la cooperación y asociaciones en lugar de las amenazas y el acercamiento transaccional que caracterizó los años de Trump”, afirma la Vicepresidenta para Programas de WOLA, Maureen Meyer, autora principal de la revisión. "Sin embargo, en varias áreas, la administración no ha logrado promulgar las medidas audaces necesarias para cumplir con los compromisos de la campaña de Biden y para separar claramente a esta nueva administración de las políticas y prácticas de la era de Trump".

Las áreas clave en las que la administración Biden ha cambiado claramente las prioridades incluyen un nuevo énfasis en combatir la corrupción, fortalecer la gobernabilidad democrática y promover el Estado de derecho en Centroamérica y en otros lugares, así como un enfoque en las causas fundamentales de la migración. La administración también ha tomado medidas para reafirmar su compromiso con el Acuerdo de Paz de Colombia, aunque no ha adoptado una posición lo suficientemente fuerte contra los asesinatos de líderes sociales o la ola de represión brutal del gobierno colombiano frente a las protestas. En cuanto a la política de drogas, un área donde la política estadounidense hacia la región ha tenido enormes costos humanos durante más de cincuenta años, la administración de Biden introdujo cambios bienvenidos, aunque incipientes, en la retórica y el contenido de la política. En Venezuela, la administración no asumió el liderazgo internacional necesario para avanzar las posibilidades de una solución negociada a la crisis política del país o para reunir los recursos necesarios para asegurar la asistencia humanitaria para la población en dificultades. Además, a pesar de las promesas de campaña, la administración de Biden tampoco ha tomado medidas para revertir las restricciones de la administración de Trump sobre Cuba o para que la política estadounidense vuelva a los niveles de acercamiento con la isla de 2016, inacción que ha contribuido a la crisis humanitaria en Cuba.

Quizás ningún área de la política de la administración Biden ha sido más decepcionante que sus vacilantes políticas migratorias, pues ha tardado en construir la infraestructura estadounidense necesaria para procesar a los solicitantes de asilo de manera humana y garantizar el debido proceso. En cambio, el enfoque primordial en la aplicación de la ley migratoria de la administración de Trump predomina a lo largo de la frontera entre Estados Unidos  y México. Esto es así incluso para familias y niños y niñas vulnerables que buscan protección. Hoy, la doble barrera del Título 42 y la renovación ordenada por la corte de “Quédate en México” continúan devolviendo a decenas de miles de personas migrantes y solicitantes de asilo a los peligros del territorio mexicano. Este enfoque también ha enmarcado una gran parte de la política estadounidense hacia México. Si bien se alcanzó una nueva era de cooperación en seguridad a través del Entendimiento Bicentenario, la administración Biden se ha centrado principalmente en presionar a México para que detenga a los migrantes en su frontera sur, provocando graves consecuencias humanitarias.

La revisión de WOLA subraya cómo la disminución del apoyo de EE. UU. a la democracia, los derechos humanos, el Estado de derecho y la cooperación internacional durante la administración de Trump presentó enormes desafíos a la administración de Biden, al tiempo que destaca que la administración ahora tiene muchos de los componentes básicos establecidos para poder avanzar las políticas exteriores de Biden en este año que viene.

“En un momento en que la desigualdad y las fuerzas antidemocráticas aumentan en las Américas, la necesidad de fortalecer el compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos como principio rector de su política no podría ser más urgente”, dijo la Presidenta de WOLA, Carolina Jiménez Sandoval. “En el año que viene, continuaremos ofreciendo recomendaciones claras y trabajaremos para que la administración lidere a favor de la justicia y la democracia”.

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