- El presupuesto para combatir la crisis climática en 2023 es de 133 mil 330 mdp; 55% de estos recursos provienen de deuda por instrumentos verdes.
- Los estímulos fiscales para evitar el alza en el precio de combustibles en 2022 son 65.6% mayores al financiamiento climático en 2023.
El cambio climático representa un desafío económico y social significativo. Las proyecciones que indican un aumento en la temperatura y disminución de lluvias en el país deberían hacernos reconsiderar las políticas de mitigación del cambio climático.
Dado que el financiamiento climático es fundamental para ejecutar acciones que favorezcan el medio ambiente, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), analizó dicho financiamiento en el documento “Cambio climático. Acciones desde los recursos públicos”.
El CIEP refiere que el financiamiento público para enfrentar la crisis climática en 2023 es de 133 mil 330 mdp, equivalente al 0.4% del PIB. Dichos recursos se identificaron de los anexos transversales del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), bonos sustentables y los fondos climáticos. A pesar de que el financiamiento público aumentó 151.2% desde 2017, este no refleja los recursos efectivamente destinados para combatir el cambio climático.
En 2023, el 2.5% del PEF se orienta a combatir la crisis climática, lo que representa el 44.8% del financiamiento climático. Sin embargo, de los 62 programas presupuestales, sólo 24 contribuyen a este objetivo, lo que significa que sólo el 30.1% del financiamiento climático que se identifica en el PEF contribuye a enfrentar la crisis climática.
En cuanto a los bonos sustentables, estos funcionan como instrumentos de deuda que contribuyen a la descarbonización de sectores contaminantes y representan el 55% del financiamiento climático. En 2022 se emitieron bonos por 164 mil 616 mdp, 793.9% más que en 2017, por lo que se debería asegurar que estos recursos se asignen a acciones que ayuden a combatir el cambio climático.
Asimismo, el CIEP refiere que la extinción de fondos públicos climáticos ha debilitado este financiamiento, ya que los recursos de dichos fondos no se han canalizado a los nuevos programas. En 2023 los fondos representan el 0.2 % del financiamiento climático.
Aunado a ello, en México actualmente se privilegia el uso de combustibles fósiles, pues la renuncia recaudatoria en 2022 para evitar el alza en el precio de combustibles, es 65.6% mayor a los recursos que se plantea destinar en 2023 para combatir la crisis climática.
Se requiere de un financiamiento adecuado para afrontar la situación climática. Los recursos deberían ser suficientes para cumplir con los objetivos ambientales y sociales; y eficientes tanto para dar respuesta a los desafíos climáticos en el país, como para garantizar la sostenibilidad fiscal.